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Antonio Rungi, un sacerdote y teólogo italiano ha declarado recientemente a medios de prensa en Roma, que está organizando un concurso de belleza en el cual las participantes serán todas monjas de la doctrina católica.
Aunque (...desafortunadamente…jejeje...) los organizadores del denominado “Miss Sister 2008” no se proponen “exhibir a las monjitas en trusa” si esperan que el concurso ayude a mejorar la imagen estereotipada que aparentemente se tiene de estas, porque según ellos “ser vieja o fea no son requerimientos indispensables para ser monja”
A pesar de que en lo personal me duela bastante ver a cualquier mujer alistarse en las filas de la militancia asexual, no me queda menos que aplaudir la iniciativa del señor Rungi y saludar a las monjitas (que a fin de cuentas fueron ellas las que idearon todo este asunto) por hurtarle auque sea un poco de almidón al dogma católico. Ese, que tantas mojigaterías e insatisfacciones inútiles ha engendrado a través de la historia.
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aquíEn otro orden de cosas:
Arkadi Gaydamak, un candidato a la alcaldía de Jerusalén ha declarado que “estaría dispuesto a morir” antes que permitir la celebración de una marcha de orgullo gay en aquella ciudad. Según este señor, el “nunca permitiría que tal evento tuviera lugar, ya que “la homosexualidad atenta contra la tradición judaica”, porque los homosexuales aparentemente “no pueden procrear”. El señor Gaydamak (irónico el nombrecito para un homófobo, no?) a revelado además que el procuraría “estatus y valores religiosos” para Jerusalén.
Este es sin dudas, un alegato lamentable. Sobre todo porque proviene del único rincón que por aquellos lares ha logrado construir con éxito una sociedad democrática. Y porque son precisamente la flexibilidad, la tolerancia y el respeto al derecho individual, los baluartes que sustentan la sociedad libre donde el pretende erigirse líder. Y finalmente porque son además, justamente aquellas libertades las que marcan la diferencia entre el Israel moderno y las salvajes teocracias vecinas que hoy le asedian y atacan.
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