Friday, October 9, 2009

Nobel y Nobel-erias

Hoy he escuchado a varias personas decir que el Nobel que le han regalado a Obama se justifica en parte si se toma en cuenta la labor que su administración ha desarrollado en aras de emperifollar las deterioradas relaciones que el gobierno de Estados Unidos ha mantenido a través de los años con regímenes enemigos de la civilización occidental y la democracia en el mundo. En cuanto eso dos puntos:

1- El andar dándose la lengua indiscriminadamente con todo el mundo no garantiza la paz. De hecho, -hoy más que nunca- aquellos a quienes Obama les ha tendido el proverbial ramo de olivo se han limpiado olímpicamente el culo con el, han amplificado la retórica beligerante y hasta sus delirios nucleares.

2- El empeño de esta administración de congraciarse con gobiernos que desde siempre nos han despreciado, ha dado al canto con el único apoyo con que podían contar aquellos que bajo de la bota nuestros “otrora” enemigos, luchan por instaurar en sus paises, sociedades libres, prosperas y verdaderamente amigas de la nuestra. Ahí están los ejemplos de Irán, Siria, Corea de Norte, Cuba, Venezuela y tantas otras fincas, que no paises, en la que sus mayorales han percibido un inesperado guiño cómplice desde el norte, mientras en el patio el cepo todavía huele a sangre. Coño, si ya se esta hasta hablando de “darle cierta participación” en el gobierno a los Talibanes. Si, esos mismos que ahora mismo andan lapidando mujeres y cazando americanos infieles en Afganistán!!

De que paz habla esta gente? De que armonía? De que mejoramiento en nuestra imagen internacional?...Hace una semana escuché que la administración de Obama, en conjunto con (nada menos que Egipto!) gestionó y aprobó en la ONU una legislación relacionada con la libertad de expresión, tan sumisa a los intereses de las teocracias islámicas, que hubo hasta países Europeos (tan tolerantes e islamo-condescendientes ellos) que no la apoyaron.
Es este el desempeño que nos gana un Nóbel?..Yo creo que no. El premio de hoy en más bien una afrenta a la sensatez y un insulto a aquellos que realmente lo merecían.