Sunday, February 10, 2008

El dedo en la llaga

En la última entrada de su weblog, Isis, nuestra lucida y nocturnal soberana comparara dos actitudes completamente divergentes acerca del tema de la inmigración musulmana en occidente y de paso, la intolerancia de los recién llegados hacia las costumbres de sus anfitriones.

En mi modesta opinión, es precisamente el pusilánime afán por acomodar lo foráneo y la fobia a que se nos distinga como políticamente incorrectos lo que a la larga terminara metamorfoseando la sociedad occidental en algo irreconocible y tremendamente peligroso.
Por ejemplo, la conformidad con la Sharia dentro de nuestra sociedad, solo representa la asimilación de la barbarie. Y aunque no considero fructífero que se les prescriba a los inmigrados la renuncia total a sus valores y creencias, si se debe tachar como inadmisible todo aquello que atente contra las libertades que por siglos han servido de pedestal al desarrollo de la cultura occidental.

Yo también estoy completamente de acuerdo con la posición del primer ministro australiano. Es que acaso no nos obligan a nosotros hasta a cambiar nuestra forma de vestir cuando visitamos países musulmanes? Para ponerlo de manera simple: Que pasó con aquello de “Donde fueres, haz lo que vieres”

2 comments:

Güicho said...

Esa foto me arrancó un alá-rido (grito islámico):

Alá-bao!

GaviotaZalas said...

Creo q ambas culturas están en los extremos opuestos, espero se encuentren un día a mitad de camino.