Podria decirse que esta fina destilación parece estar inspirada en la vehemente pasión alcohólica que por años desplegaran los bohemios residentes del “banco de los interruptos”(1) de mi pueblito. Solo habría que cambiar al almidonado soldadito ese por digamos, el difunto tanque de agua de la entrada del pueblo y listo!
(1) Dos bancas de concreto que se encontraban entre la oficina del INDER y la barbería de Bauta. Históricamente sirvieron de forum a textileros retirados y otros sabrosísimos personajes sin vínculo laboral que se reunian a diario para rendirle culto a Baco y hablar pestes de barbatruco al tiempo que fiscalizaban la vasta pluralidad de nalgas femeninas que se agrupaban en la parada de la ruta 99, a unos metros de la barbería.
Un nuevo libro de Juan Cueto-Roig
1 day ago
1 comment:
Recuerdo todo. Gracias por el post.
Muchos saludos,
Isis
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